Fundar una Compañía de Danza para Cuenca, su gran meta

A sus 24 años de edad, Xavier Delgado, ha logrado ser parte del Ballet Contemporáneo de Cámara, importante compañía de la capital. Es bailarín y corógrafo profesional. Su meta es la creación de su propia Compañía de Danza en su ciudad natal, Cuenca, para satisfacer las necesidades de los profesionales de ésta área.
La semana pasada estuvo en la ciudad para estrenar su obra: “En Gris”, en el Teatro Sucre. Integrantes del grupo de danza de la Universidad del Azuay, UDANZA, escenificaron su propuesta.

¿Cómo nació su interés por la danza?
Hace seis años, tras graduarme en el colegio experimental Benigno Malo, decidí radicarme en Quito para estudiar Teatro en la Universidad Central. Mientras realizaba mis estudios me sentí atraído por la danza. Decidí estudiar las dos cosas a la vez. Primero concluí li formación en la danza con especialización en lo contemporáneo, en la Habana Cuba. Me falta un año para acabar mi carrera en Teatro.

¿Hace falta una compañía de danza en Cuenca?
Si, porque muchos de los cuencanos inmiscuidos en las artes escénicas nos hemos visto obligados a dejar la ciudad natal para cumplir con nuestra formación de tercer nivel. Todos mis conocimientos quiero compartirlos y ponerlos al servicio de los demás a través de la Compañía de Danza que pretendo crear.

¿Qué se siente ser un talento joven?
Bien, porque todo lo que se consigue con esfuerzo vale la pena. Desde hace seis años me separe de mi familia para cumplir mis sueños y con apoyo de ellos, lo estoy logrando. Creo necesario cursos de especialización para actualizar conocimientos, a futuro saldré del país para estudiar y retornar a mi Cuenca con ideas novedosas.

¿Crear una coreografía es un reto?
Me fascina bailar pero también me siento atraído por la creación de coreografías. Este último trabajo es toda una cuestión mental que exige disciplina y arduo trabajo. “En Gris”, es una obra inspirada en la historia de una mujer que se encuentra sola en una discoteca. En medio de la bulla y multitud busca el amor. Al final del frenesí, encuentra su calma y termina por entender a la soledad como un estado auténtico. (KLP)