martes, 13 de enero de 2009

Peluquería de mascotas, un moda que se posesiona


Nico la tarde de ayer disfrutaba del servicio de peluquería en la manos de la Veterinaria, Juana Durán.


Las mascotas no sólo se benefician del servicio médico, de cirugías, control alimentario, hospedaje, vacunas y más, sino del mundo de la peluquería.


En horas de la tarde de ayer Nico Insch, un Frenchs Poodle pequeño, acompañado de su patrona (una pequeña niña de siete años de edad) llegó a la Veterinaria ANIMALANDIA de la Isabela Católica y 12 de Abril para cortar su lana.
La pequeña niña acompañada de su abuela pidió a Juana Durán, médica veterinaria, que le haga un servicio de peluquería a su pequeño Nico. El perro de siete años de edad se sometió al baño, corte de la lana, cepillado, secado y peinado, más el corte de uñas y limpieza de las orejas; no era la primera vez que lo hacía.
Juana Durán, propietaria de ANIMALANDIA, recomienda a los dueños de las mascotas no estar presentes en el servicio de peluquería porque los cachorros se vuelven muy majaderos y mimados, lo que dificulta el trabajo.
La joven Veterinaria especificó que la peluquería de mascotas no está dentro de la rama de la profesión (eso nunca nos dieron en la Universidad) pero la necesidad de los dueños de los caninos nos obliga a aprender de todo un poco. “Hace unos meses seguí un curso de peluquería canina con una profesional quiteña especializada en Argentina y México, la capacitación de cinco días me costó 250 dólares”.
Aproximadamente hace 10 años nació la moda de la peluquería canina y desde hace unos cuatro años tomó mayor importancia en la ciudad de Cuenca. Hay tres razas de perros que religiosamente van a la peluquería canina, los Frenchs Poodle, los Schanauzer y los Shit-zu. El costo del servicio de peluquería es de 15 dólares. En lugares donde el Marketing y la publicidad imperan el costo se eleva a 25 dólares.


Un trabajo paciente y de rigor
El trabajo de peluquería de cachorros no es tarea fácil porque el Veterinario antes de empezar con la limpieza y la belleza de la mascota debe enfrentar su temperamento. Cuando la mascota se siente inquieta y hasta miedosa por el ruido de las máquinas es necesario mimarlos y darles un paseo para que se ambienten. El trabajo de peluquería no puede empezar sin un bozal en el osico del perro. Otros profesionales acostumbran a poner anestesia local pero no deja de ser un peligro para el animalito.
Un perro acostumbrado al servicio de peluquería sale de la Veterinaria en una hora y media y los que llegan por primera vez; luego de una larga mañana de trabajo.
No se puede exigir a los caninos a someterse al servicio de peluquería de manera brusca porque pueden estresarse y eso les produce diarrea y vómito.

Cambio extremo
El servicio de peluquería va desde el baño completo de la mascota (con shampoo y jabón de perro para no causar problemas dérmicos y respiratorios), drenaje de las glándulas anales mediante presión, limpieza de las orejas con pinzas (se extrae lanas y cera para evitar la otitis), corte de uñas. A esto se suma el secado, el cepillado de la lana, el peinado y un poco de perfume.
De acuerdo a la raza se les da la forma, por ejemplo a los Poodle hembras se les hace una especie de guantes en las patas con el corte y se les pinta las uñas. A los machos no les hace guantes.
En Navidad y Fin de Año un promedio de 10 perros llegaron por semana a ANIMALANDIA para ponerse bellos. Durán aclaró que no todos los perros pueden someterse a este servicio, si la mascota tiene la lana maltratada y llena de motas, lo mejor será cortar la lana para no lastimar al animal y producirles hemorragias( al jalar la lana en el proceso de quitar las motas).