martes, 9 de diciembre de 2008

Antiguedades, II Parte


Patricio Fabián González, coleccionista de monedas y estampillas, desde niño.

Por influencia de los padres y abuelos la colección de antigüedades se convierte en una pasión de generación en generación.

Estampillas y monedas son el pasatiempo perfecto de Patricio Fabián González, de profesión Profesor que a sus 39 años de edad, fomenta su amplia colección de monedas antiguas y estampillas del mundo.
En ferias de antigüedades y a través de viajes internacionales los coleccionistas adquieren las piezas para fomentar la cantidad que tienen a su haber.
"Jamás voy a vender mi colección de monedas y estampillas porque es parte de mi vida y de los recuerdos de mi padre", precisó González.
Él coleccionista lojano labora como profesor en el cantón Oña y en sus tiempos libres (sobre todo los fines de semana) visita los locales que expenden antigüedades para encontrar más monedas. Además dice ser un apasionado por las antigüedades, "No esta presupuestado comprar antigüedades pero al observar algo que me llama la atención y me recuerda a mi abuelo o padre, adquiero las piezas para decorar los ambientes de mi casa".
Para él, hay una riqueza en las piezas antiguas por ser únicas. González ha participado en los concursos de exhibición de monedas y estampillas que han organizado el Banco Central, Casa de la Cultura y el Club de Filatelia.
Dice además que sus visitas son constantes en correos del Ecuador para ver las últimas novedades en lo que respecta a estampillas. Según los años de las estampillas se fija los costos, la barata se consigue en cinco dólares.
González tiene a su haber más de 500 monedas y un álbum de aproximadamente 500 estampillas. Para el es importante que la gente conozca de las antigüedades porque es una ventana abierta para aprender.

Antigüedades de El Monasterio.
Recuadro: Colección de monedas nacionales
Fernando García propietario del Centro Cultural Gaspar Sangurima y del local de antigüedades El Monasterio informó que la numismática interesa a los coleccionistas. Billetes y monedas antiguas son adquiridas por coleccionistas de la localidad. La mayor parte de ellos coleccionan sucres y monedas nacionales que las generaciones actuales desconocemos. Por ejemplo los billetes denominados sábanas (por ser de gran tamaño) caracterizados por ser vistosos y por calidad de la impresión.
García explicó que las monedas coleccionables datan desde el inicio de la república y de la segunda mitad de los inicios del siglo XIX, exactamente entre los años 1833 y 1862. En esta época en el país circulaban las monedas decimales, por ejemplo cuatro reales.
En el Monasterio se vende mesas, cómodas, armarios, camas antiguas. Los coleccionistas adquieren las piezas para romper con los ambientes clásicos. Sin duda amar el arte y las antigüedades requiere de conocimiento, pasión y dinero para adquirir las piezas y fomentar las colecciones.

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